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me getting shrunk to 5 centimeters

Author:unloginuser Time:2024/09/21 Read: 2614

El día que me encogí

El aire se sintió denso, pesado. Un hormigueo recorrió mi cuerpo, una sensación extraña que me hizo fruncir el ceño. No estaba seguro de qué estaba pasando. Un momento estaba en la cocina, preparándome un café, y al siguiente… todo era diferente.

Mis pies no tocaban el suelo. Vi la encimera, antes a mi altura, ahora un inmenso muro de madera. La taza de café, en la que había estado a punto de poner la mano, se convirtió en un enorme recipiente de cerámica. El pánico me invadió. ¿Qué estaba pasando?

Observé mi mano. No era mi mano. Era algo diminuto, una miniatura de mi propia mano, un objeto extraño de cinco centímetros. ¡Me había encogido!

Mi corazón latía a mil por hora. Un millón de pensamientos inundaban mi mente. ¿Cómo había pasado esto? ¿Dónde estaba? ¿Cómo volvería a la normalidad?

Las hormigas que antes no notaba, ahora se veían como bestias colosales. El gato de mi vecina, un adorable felino de tamaño mediano, parecía un monstruo peludo que me podía aplastar con un solo paso.

El mundo se había vuelto peligroso, inhóspito. Cada movimiento era un desafío, cada obstáculo un peligro potencial. Me aferré a la pared, escalando por su superficie rugosa, con la intención de llegar a la ventana y ver el exterior.

Desde la ventana, la ciudad se veía inmensa, un laberinto de edificios gigantescos y calles anchas. La vida seguía su curso sin importar mi tragedia. Me sentía insignificante, una hormiga en un mundo de gigantes.

La tristeza me embargó. Me había encogido. Un simple ser de cinco centímetros, perdido en un mundo que ya no podía comprender. ¿Cómo sobreviviría? ¿Cómo volvería a ser yo?

Mientras las lágrimas corrían por mi rostro, la luz del sol se filtró a través de la ventana. Me sentí débil, cansado. Y de repente, una idea me iluminó. Si había sido capaz de encogerme, ¿podría volver a mi tamaño original?

Con un nuevo ímpetu, me dirigí a la sala de estar, donde mi computadora se alzaba como un monumento de metal y plástico. Tenía que encontrar la respuesta, tenía que volver a casa.

El viaje fue agotador, pero la esperanza me mantenía en movimiento. Me acerqué a la computadora, con la intención de buscar información sobre la posibilidad de volver a mi tamaño normal.

Al final, el destino me jugó una mala pasada. Un descuido y una caída fortuita me llevaron a un pequeño agujero en el suelo. Las profundidades de la tierra me tragaban, y con ellas, la esperanza de volver a ser el hombre que era.

La oscuridad me envolvió por completo, y el miedo me paralizó. No sabía qué me esperaba, no sabía si volvería a ver la luz del día.

Y así, me quedé atrapado en las profundidades de la tierra, un ser de cinco centímetros, esperando un milagro. Un milagro que me devolviera a mi tamaño, un milagro que me permitiera volver a casa.