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Author:unloginuser Time:2024/09/16 Read: 3431

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Capítulo 3: La Vieja Enredadera

¡Estúpido Cupido!

Capítulo 2: Vieja Enredadera

Después de dos horas de caminar sin rumbo por la ciudad, April, las tortugas y Casey comenzaban a sentirse realmente frustrados por la falta de acción. En el caso particular de Mikey, estaba hambriento por la falta de comida en esta misión.

Todavía se comunicaban a través de la línea conectada y, para disgusto de Leo, seguían hablando innecesariamente y distraerse con ella.

“Chicos… ya no estoy tan segura de este plan. Lo hemos estado haciendo durante tres noches consecutivas y aún no hemos descubierto nada. Tal vez, quienquiera que estuviera tras de mí ya se rindió… y se fue a dormir”, April bostezó en su teléfono, obviamente exhausta después de una búsqueda tan larga e inútil.

“No podemos renunciar ahora April”, intentó razonar Donnie. Estaba situado sobre un tejado que le daba una visión perfecta del perfil de ensueño de April, cuando usaba sus gafas de aumento, “Qué pasa si ese psicópata arquero decide atacar de nuevo tan pronto como te dejamos sola?”

“Pero Donnie, no estaba sola ninguna de las dos veces que apareció el psicópata arquero, estaba con Casey, y eso no parecía importar en absoluto si decidía dispararme o no”.

“Ya veo”, Donnie soltó, sonando más irritado de lo que pretendía, “Bueno, tal vez esta vez sea diferente, porque estás con alguien que realmente puede luchar”.

“¡Hey! ¡Casey Jones puede luchar contra cualquiera o cualquier cosa! ¡Solo nómbralo!” Protestó el ofendido.

“Mmmh… Veamos, ¿qué tal…? ¡Trigonometría!”

La chica pecosa se pasó lentamente la mano por la cara, “¡Maldita sea, y mi gran boca!”, se lamentó en su cabeza.

“¿Podrían ustedes dos callarse la boca, por favor? ¡Van a hacer que April se vuelva loca de nuevo!” El dolor de cabeza de Raphael seguía creciendo minuto a minuto y no había nada que temiera más en ese momento que otro de los gritos agudos de April por el teléfono.

April respiró hondo y largo. Necesitaba calmarse antes de decir otra cosa y, lo que era más importante, necesitaba calmarse para no darle a Raph el placer de tener razón. “Chicos, sé que todos están preocupados por mí”, dijo lentamente, “pero, puedo arreglármelas bien; después de todo, esquivé todas esas flechas fácilmente”.

“No podemos correr ese riesgo, April. Todavía no eres una kunoichi completamente entrenada. Es demasiado peligroso”, incluso cuando no era la intención de Leo, sus palabras eran a veces un poco bruscas. Además, realmente no sabe cómo hablar con las chicas.

“¿Estás diciendo que estoy indefensa sola, Leo?”

Leo tragó saliva, “Lo único que digo es que nuestra máxima prioridad ahora es detener a esta persona permanentemente. Esto no es solo por tu propia seguridad, April, sino por la seguridad de todos los demás ciudadanos. No podemos dejar que un individuo tan peligroso deambule libremente por las calles. Esa es nuestra verdadera misión, chicos”.

“Bonito discurso, valiente, ahora dinos cuántas horas tendremos que esperar a ese arquero?”, intervino su hermano temperamental de rojo.

“Tantas como sean necesarias, Raph”.

Eso lo hizo gruñir, “¡Maldita sea! Lo único de lo que estoy seguro es que, cuando finalmente encuentre a ese maldito acosador, le haré más que descubrir sus motivos para hacerme pasar por este infierno!” Por el tono asesino de la voz de Raph y el sonido de sus nudillos crujiendo, todos podían saber que ya estaba empezando a perder los estribos.

“¿Por qué están tan seguros de que es un tipo?”, interrumpió la voz resonante de Mikey, “Podría ser una arquera caliente como la de Los juegos del hambre… y hablando de hambre…”

“¡Cállate, Mikey!” Todos gritaron.

“De acuerdo, chicos, ¿no podemos llamarlo una noche ya? Es obvio que todos estamos cansados, y tengo un montón de trabajo escolar esperándome en casa”, sugirió April, temiendo tener que trasnochar también hoy.

Donatello dejó escapar un suspiro desinflado, “Lo siento, April, sé que estamos interfiriendo con tus actividades académicas, pero solo podemos mantenerte a salvo por la noche…”, se sintió realmente mortificado por interferir con el trabajo escolar de April… pero como… realmente mortificado.

“Donnie…”, incluso si April no podía ver su cara de tortuga triste, podía imaginarla perfectamente en su cabeza, “¡está bien! Puedo quedarme unas horas más, no es como si tuviera que terminar todo hoy…”, no podía negarle nada a Donnie cuando jugaba la carta de ‘lo siento, soy un mutante y tengo mis limitaciones’.

“Hmp…”, por supuesto, Casey estaba al tanto de la influencia de Donnie en April, “no te preocupes, rojo, si no encontramos nada esta noche, te prometo que te vigilaré de cerca todo el tiempo, día y noche”, bromeó. Casey Jones no era un suplente después de todo.

“Casey…”, April estaba a punto de regañarlo cuando, “¡Chicos! Esperen un minuto… empiezo a sentir algo!”

“¿Necesitas usar el baño, April?”, preguntó Mikey, siendo considerado como siempre.

“¡No, Mikey! ¡No es ese tipo de sentimiento!”, respondió avergonzada, “Estoy teniendo la misma sensación extraña que sentí las otras dos veces que fui atacada”.

Raphael casi sonrió después de escuchar eso… casi, “¡Genial! Era hora de que este tipo apareciera”.

“Todos, silencio! Estoy viendo a una persona sospechosa acercándose a la dirección de April”, advirtió Leo, “Mikey, creo que está más cerca de tu perímetro”.

“Oh, sí! Puedo verlo, parece… ¿mexicano?”

“Mikey, podría considerarse racista simplemente asumir que es mexicano por su aspecto. Es mejor decir que parece latino o hispano, aunque esos términos tampoco son tan políticamente aceptados”, divagó Donnie innecesariamente, y nadie necesitaba verlo para saber que tenía el dedo índice levantado.

“Bueno… lo adiviné, porque lleva una camiseta que dice Viva México debajo de su chaqueta”.

“Oh… entonces tal vez tengas razón…”.

“Chicos, dejen de bromear, tenemos que mantenernos concentrados… Está a solo diez pies de April y avanzando… April, solo sigue caminando tan normalmente como puedas, pero estate atenta a cualquier movimiento repentino. Todos los demás, prepárense en caso de que necesitemos interferir”, ordenó Leo.

.

.

Sin pensarlo dos veces, José Martínez había perseguido de forma maniática a su imprudente amante. Obviamente, no le importaba el Roll Royce horriblemente caro que acababa de abandonar en medio de la calle. Llámalo excesivamente paranoico si quieres, pero solo Dios sabía lo que podría pasar si dejaba que su pequeña señorita vagara sola por una ciudad tan peligrosa de noche.

Afortunadamente, este mayordomo conocía las tácticas de su ama tan bien como conocía todas las frases de Cristina, y para evitar que una situación como esta sucediera eventualmente, había implantado previamente varios rastreadores en todas las pertenencias de Charlotte, incluyendo su arco y carcaj.

“¡Hey, José! ¡Por aquí!” Murmuró alguien.

“¡Señorita!” Sintió una ola de alivio recorrerlo después de finalmente divisar a Charlotte, agazapada sospechosamente detrás de un contenedor de basura, “¡Dios mío, señorita Charlotte! ¿Cómo pudo huir así? ¡Pudo haber sido atropellada por un coche o algo… ¡ACK!” Gritó sorprendido cuando de repente lo tiraron hacia abajo detrás del contenedor de basura.

“¡Shh!” Charlotte lo calló cubriéndole la boca con la mano, “José, ¡cállate! ¡Mira quién está ahí!” Señaló con la cabeza hacia la dirección de su objetivo.

El mayordomo, realmente confundido, dudó un minuto, pero ya estaba acostumbrado a este tipo de cosas de Charlotte, así que simplemente siguió adelante y miró a través del apestoso contenedor de basura.

Los ojos de José se abrieron de par en par y toda su cara se quedó en blanco después de darse cuenta de la razón por la que Charlotte había huido del coche y casi le provoca un ataque al corazón, “¡Lo sabía! Sabía que seguías a la pelirroja…”, acusó al ver al objeto de la actual fijación de su pequeña amante vagando indefensa por una calle desolada, “en serio, ¿por qué una niña tan joven camina sola por una calle tan oscura y vacía? Tsk, los niños de hoy en día…”, suspiró.

“Porque no está sola, José, esto es obviamente una trampa. Está esperando a que yo aparezca”, reveló con una voz no más baja que un murmullo.

“¡Qué! ¿C- Cómo?”

“¡Shh! José! Baja la voz”, lo reprendió, “Justo detrás de nosotros, a unos diez pies, alguien nos está vigilando… bueno… técnicamente solo te está vigilando a ti. Estoy segura de que es el mismo chico que siempre está con ella. Sin embargo, no sé por qué hoy lleva una especie de… ¿disfraz?”

“¿El chico sin dientes…? ¿Cómo estás tan segura de que es él?”

“Bueno, simplemente asumí que era él, porque parece compartir muchas similitudes físicas con el chico sin dientes, como el color de su pelo, su altura y la contextura de su cuerpo…”.

José se sintió un poco sorprendido por la inusual agudeza de Charlotte.

“Y porque siempre habla en tercera persona y repite su nombre completo todo el tiempo…”.

“Oh…”. Ahora, José entendía.

“Quiero decir, en serio, ¿cuál es el punto de llevar una máscara si va a decir su nombre completo todo el tiempo?”

“Sí, es un hecho realmente contradictorio”.

“Es tan inútil como el diadema de Sailor Moon…”.

“En efecto…”.

Charlotte sacudió la cabeza para poner sus pensamientos en orden de nuevo, “Bueno, el punto es que debe estar pensando que eres yo, quiero decir, que eres tú quien ha estado acechando y disparando flechas a la pelirroja… y también noté que ha venido fuertemente armado esta vez”.

“¡Qué! ¡Eso es todo! Nos vamos a casa ahora, señorita Charlotte! No dejaré que te involucres con matones de pandillas”, José pensó que cualquiera con un arma era un matón de pandillas.

La joven señorita hizo un puchero; su mayordomo siempre tendía a reaccionar exageradamente cada vez que surgía algo relacionado con las pandillas, “¡Cálmate! Tengo un plan, ¿de acuerdo? Primero, iré y subiré al tejado de este edificio por la escalera de incendios para tener mejor puntería”, palmeó la pared de hormigón a su lado, “Mientras tanto, tú te acercarás a la pelirroja con cualquier excusa que se te ocurra para atraer al chico sin dientes más cerca de ella”.

“¡Qué! ¡Quieres usarme como cebo! ¡Eso es una locura!”

Charlotte frunció el ceño ante la falta de cooperación de su mayordomo, “¡José! Más que nadie sabes que no puedo dispararle si está sola, necesita tener a alguien cerca o será inútil, y no creo que quieras ser tú el que la enamora, ¿verdad?” Puso una cara de disgusto y lo miró de arriba abajo.

“Oh, Dios! Señorita Charlotte, ¡es solo una niña! ¡Por supuesto que no! ¿Qué estás haciendo?”

“¡Por eso necesito que lleves al chico cerca de ella!”, empezó a quejarse, “Yo lo habría hecho, pero… no quiero que me golpeen en la cabeza con un palo de hockey”, confesó después de no poder inventar una excusa mejor.

José la miró con incredulidad. Aunque se alegró un poco de descubrir que tal vez Charlotte realmente tenía instintos de autoconservación después de todo, no pudo evitar sentir que toda esta situación acabaría siendo más complicada que unos cuantos golpes en la cabeza. Sin embargo, después de ver los grandes ojos color avellana de Charlotte brillando hacia él, llenos de esperanza y anticipación, supo que ya había perdido esta batalla.

“De acuerdo… ¡pero tengo una condición!” Así que, como un viejo perro que no puede aprender nuevos trucos, intentó negociar con ella.

“¿Qué es?”

“No puedes dejar que ese punk me golpee. Ni una sola vez…”.

“…”

“…”

“Trato”.

.

.

“Chicos, me está vigilando detrás de un contenedor de basura… lo siento”, susurró April en su teléfono. No tenía ningún problema en luchar contra robots letales, extraterrestres malvados o incluso ninjas sádicos, pero los pervertidos lascivos eran su máxima debilidad.

“No te preocupes, Roja! Voy a ir y darle una lección! ¡Al estilo de Casey Jones! Nadie acosa a mi novia y se sale con la suya”.

“¡Ella NO es tu novia!” Observó Donnie.

“Casey! ¡Mantén la calma! Todavía no ha hecho nada, y no lleva armas visibles, así que todavía hay una posibilidad de que no sea la persona que buscamos”.

“¿De verdad, Leo?”, intervino Raph, “¡Míralo! ¡Obviamente es un pedófilo enfermo! Está observando a April detrás de un contenedor de basura”.

“Bueno, técnicamente, April ya tiene 18 años, así que no se consideraría un pedófilo, solo un acosador común”, intentó explicar Donnie a su hermano iracundo.

“Cállate, idiota, es a tu novia a la que está acosando”.

“Ella no es mi…”.

“¡Maldición…! “, Mikey interrumpió abruptamente, “tenía muchas esperanzas de que fuera una linda tipa”, el decepción de su voz era palpable.

“Chicos, silencio”, ordenó Leo, “¡el sospechoso ya ha empezado a moverse! Todos, estén listos para saltar en cuanto yo lo ordene”.

Mientras tanto, en las calles, un José realmente incomprendido marchó hacia una paliza segura.

“Disculpe, señorita”, dijo, “lamento molestarla, pero soy nuevo en este barrio, y me temo que estoy un poco perdido, ¿sería tan amable de ayudarme a encontrar esta dirección?”

April se giró con cuidado para encontrarse con lo que creía que era un viejo acosador psicópata, “Sí… claro”, asintió, dando un pequeño paso hacia atrás y forzando una sonrisa incómoda, “¿cuál es la dirección?”

José tardó unos segundos en darse cuenta de que no había salido con una dirección falsa para preguntar.

“¿Señor? ¿Está bien?”

“Oh, sí, sí… lo siento… mi inglés no ser muy bueno”, José estaba usando el truco más antiguo del mundo: El turista perdido que no habla inglés muy bueno (My English is not very good)

“¿De verdad? Es extraño porque te acabo de oír hablarlo con mucha fluidez hace un segundo”, April lo miró con recelo; obviamente no iba a caer en esa trampa.

“Ehh… ¿practicar mucho?” José empezó a mover los ojos nerviosamente de un edificio a otro. Era el peor mentiroso del mundo y, según el plan de Charlotte, no tardaría mucho en aparecer el chico sin dientes y acusarlo de ser un acosador.

April cruzó los brazos con irritación y frunció el ceño hacia él, “¿Señor, cuál es la dirección?”

“Sí, sí… la dirección”, empezó a juguetear, “la dirección es 54, Tatum Channing Street”. Cualquiera habría creído que después de vivir toda su vida en Nueva York, José sería capaz de inventar un nombre de dirección falso más creíble. Obviamente, nadie lo conocía como Charlotte.

“¿Acabas de decir Channing Tatum Street?”

“Tatum Channing”, corrigió.

“¡ESA ES! ¡HEY! ¡Mantente alejado de mi amiga!” Casey salió tan rápido como una bala y apuntó con su bate a José.

“¿Qué?” Al menos José seguía en su personaje. (What?)

“¡Ok! ¡Eso es todo, viejo pervertido! ¡Deja de perseguir a las jovencitas! O tendré que darte una paliza, viejo acosador”, Casey estaba realmente enfadado, incluso si este tipo no era el que perseguía a April, definitivamente era sospechoso.

“¿Qué di-?” Un fuerte THUMP interrumpió las palabras de Casey.

Los grandes ojos azules de April se abrieron de par en par, “¡CHICOS! ¡Una flecha acaba de aterrizar en los auriculares de Casey! ¡Está aquí!”, gritó April en su teléfono, “¡GYAAA! ¡Vienen más!”

La cabeza de Raph terminó de explotar gracias al grito de April, “¡Ok, ya terminé con esta mierda! ¡Voy a bajar para ayudar!” Inmediatamente saltó hacia la acción, pero no antes de destruir innecesariamente sus auriculares.

Por supuesto, Leo no había aceptado tal decisión, “¡Espera, Raphael! No puedes exponerte de esta manera! ¡RAPH…? ¡RAPH? ¡Maldición!”

Por otro lado, Donnie estaba más preocupado por April y la posibilidad de que fuera alcanzada que por cualquier otra cosa, “¡April! ¡Eres el objetivo! ¡Aléjate de ahí! Lo rastrearé, pero necesito que siga disparando! Así que, solo corre de ahí!”

“De acuerdo… ¡EEK! Apenas puedo moverme, las flechas no dejan de venir”, se escucharon fuertes ruidos de choque en el fondo mientras April usaba su Tessen para bloquear las flechas, “¡y Raph y Casey empezaron a luchar con el viejo!” Reportó la frenética voz de April.

“¡Guau! ¡Ese tipo les está dando una buena pelea! ¡Sigue adelante! ¡Viejo mexicano!”, exclamó Mikey.

“Mikey, deja de animar al enemigo”, reprendió Leo. Sin embargo, no le importaría si el viejo decidiera darle un golpe en la cabeza a Raphael, solo un poco.

“De acuerdo, chicos, según la trayectoria de esas flechas, el culpable debería estar a solo 300 pies de Mikey, lo que significa que está a dos tejados de distancia. Acabo de enviarles las coordenadas”.

“¡Voy para allá!”

“Mikey, intercepta! Me dirijo allí, Donnie, ve y evita que Casey y Raph hieran a ese viejo”.

“¡Dudes! ¡Estoy viendo una figura sospechosa! ¡Tiene alas! ¡Creo que es como un pájaro mutante gigante!”, dijo Mikey mientras corría a toda velocidad.

“¿Es un mutante?”, Donnie no sonaba convencido, “eso es extraño; las huellas dactilares definitivamente pertenecían a un humano… Mikey, ¿estás seguro de que tienes el edificio correcto…?”

Antes de que Donnie pudiera terminar su frase, el sonido de la kusarigama de Mikey girando en el viento se escuchó en la línea, “¡Booyakasaha! ¡Te tengo, pájaro mutante gigante!”

“Argghhh”, se escuchó un grito femenino desde el lado de Mikey en la línea.

“Oh… Chicos, ¡falsa alarma! No es un mutante. No eres un mutante, ¿verdad?”

“No! ¡NO LO SOY!”, confirmó la voz de una chica molesta.

Tanto Donnie como Leo se taparon la cara con la mano, su hermano pequeño no solo había cogido a la persona equivocada, sino que también se había expuesto delante de un humano.

“No, ella no es una mutante, bros, es solo una chica con un disfraz de pájaro! ¡Lo siento, señorita!”

“¡No es un disfraz de pájaro!”

Sin embargo, de repente tuvieron la sensación de que algo no andaba bien con esta chica…

“Aquí, se te cayó el arco”.

“Oh! ¡Gracias! Eres muy amable”, y eso fue todo.

“MIKEY!”, Donnie se apresuró a advertir, “¡ESA ES LA PERSONA QUE ESTÁ DISPARANDO! NO DEJES QUE SE ESCAPE…”, esperó la respuesta de su hermano pequeño, pero solo hubo silencio, “¡Mikey… ¿sigues ahí? ¡LEO, LA CHICA PÁJARO TIENE A MIKEY!” Se puso nervioso.

“Donnie! Necesitas calmarte, voy de camino para ayudar a Mikey! ¡Tú solo ve y mantén a April a salvo de más flechas!”

“De acuerdo, Leo! April, Mikey acaba de ver a la que está tratando de dispararte, pero perdimos la comunicación. ¿Dónde estás ahora?”

“Chicos, las flechas se detuvieron un segundo, estoy escondiéndome detrás de un contenedor de basura, y Raph, Casey y el viejo todavía están peleando”, dijo April entre respiraciones cortas.

Un poco de estática interrumpió la conversación, “para todas las alcantarillas, Mikey! ¿Qué estás haciendo? Deja ir a esa civil… ¡MIKEY!” Gritó la voz llena de pánico de Leonardo.

“Leo? ¿Qué pasa? ¿Qué pasó con Mikey?… Leo…? Leo…! ¡APRIL, ¡PERDIMOS LA COMUNICACIÓN CON LEO!”

“Donnie, cálmate! Voy a correr hacia abajo…”.

El sonido de alguien tocando el micrófono de los auriculares cortó la frase de April, “¿Hola?”, preguntó la voz de una chica desconocida, “¿está encendido esto?”

“April… creo que alguien ha cogido los auriculares de Mikey”, susurró Donnie como si eso impidiera que la otra persona lo oyera.

“¿Quién eres?”, preguntó April, aunque estaba segura de que ya sabía la respuesta.

“¡Pelirroja! ¿Eres tú? ¡Por fin nos encontramos de nuevo!”, exclamó la chica con un tono realmente feliz y amistoso, como si fuera una de las viejas amigas de April en lugar de una acosadora espeluznante, “Ahora, dile a tus amigos raros que dejen de golpear a José o si no…” De acuerdo, ahora no sonaba tan amistosa.

“¿O si no qué?”, desafió April. Lástima que Casey se estuviera perdiendo la pelea de gatas.

“¡Esto!”

“¡Kyaaaaa! ¡Donnie! ¡Una flecha acaba de golpear el brazo de Casey!”

“No te preocupes, April! ¡Ya sé dónde se esconde! Solo aléjate de ahí y busca un lugar donde esconderte”.

.

.

April empezó a correr por la calle como una loca; quería alejar a esa loca lo más posible de sus amigos, antes de que alguien más resultara herido, y sabía que la chica pájaro la seguiría.

Después de correr cinco manzanas enteras, giró a la derecha en un callejón y sacó su Tessen, ya no iba a huir, ¡estaba decidida a terminar con esto esta noche!

“¡Ok, chica pájaro! ¿Me quieres? ¡Ven a buscarme!”, gritó a nadie en particular, solo para desahogarse, y luego esperó… estaba tranquilo… demasiado tranquilo.

Después de un par de minutos de completo silencio, April empezó a oír unos ruidos de respiración muy fuertes acercándose cada vez más. Las cortas inspiraciones eran rápidas y sonaban dolorosas, como si alguien se estuviera ahogando hasta morir.

Entonces empezó a ver una sombra acercándose a la salida del callejón, lentamente… muy lentamente. Hasta que la pequeña figura de una chica respirando por su vida entró en escena. Estaba jadeando violentamente como si acabara de correr la maratón de Nueva York o algo así.

La lamentable visión hizo que April frunciera el ceño con confusión y bajara la guardia un poco. Esta no podía ser la persona que la había hecho preocuparse y estresarse durante toda una semana, así como la razón por la que ha estado descuidando el trabajo escolar y sacrificando preciosas horas de sueño. Esta no podía ser la psicópata-arquera-acosadora? ¿Podría ser?

“O- Ok, señorita pe- pelirroja”, la pequeña chica finalmente habló, parecía una chica normal con un disfraz escaso, excepto por el extraño color de pelo y piel, pero eso también podía ser parte de su atuendo, dado que a Casey le gustaba usar maquillaje también, “n- necesito ad- admitir que has sido una oponente ex- excepcional, pero tenemos que terminar esto to- tonight”. La chica de pelo rosa balbuceó entre cortas inhalaciones.

April simplemente la miró con confusión; estaba a punto de preguntarle a la extraña chica si estaba perdida o algo así, cuando notó la gran flecha dorada que sostenía y el carcaj lleno de flechas doradas brillantes que colgaba de su espalda.

Frunciendo el ceño, la aspirante a kunoichi recordó las sabias palabras de su sensei sobre no subestimar nunca al enemigo y cómo debía proceder con cautela sin importar las circunstancias. Y eso fue lo que hizo, procedió con cautela… y lanzó su Tessen, afilado como un cuchillo, como un boomerang asesino hacia la cabeza de Charlotte.

“¡EEK!”, chilló la joven señorita, esquivando el Tessen asesino gracias a la pura suerte y a un viejo sofá abandonado que le sirvió de escudo, “¿Estás loca? ¿Qué demonios te pasa?”

“¡TÚ!”, April atrapó su arma de regreso en el aire y se la apuntó a Charlotte, “¡¿Qué les has hecho a mis amigos?!”

Aún tendida detrás del viejo y maloliente sofá, Charlotte aprovechó la oportunidad y sacó cuidadosamente tres flechas de su carcaj. Colocó una de ellas en su arco y las otras dos entre sus nudillos; luego, salió de detrás del sofá desgarrado, “Ahora, pelirroja, por favor, cálmate, esto será rápido e indoloro para ti, pero realmente satisfactorio para mí. Es prácticamente una situación en la que todos ganan. Así que simplemente quédate quieta”, dijo mientras apuntaba a April.

“¡Solo intenta disparar otra de esas flechas, maldita sea! Y voy a hacer que tragues todas una por una”, amenazó April, usando la lección 101 de la charla amenazante de Raphael.

Charlotte puso los ojos en blanco; esta situación se estaba volviendo demasiado dramática para su gusto. Casi la hacía perder toda la diversión… casi.

No era como si Charlotte tuviera un deseo de muerte o algo así. Simplemente, cuando decidía hacer algo, tendía a llevarlo a cabo sin importar las consecuencias. Sí, era persistente de esa manera… por no mencionar estúpida.

El dilema para la joven señorita ahora era la falta de otra persona. Como todos ya deberían haber adivinado, las flechas de Charlotte hacían que la persona que las recibía se enamorara instantáneamente de la persona más cercana. Así que, sin nadie cerca más que ella y la pelirroja, dispararle sería simplemente inútil e incluso peligroso, “Espera un minuto! Si la pelirroja puede verme ahora… ¿significa que puede enamorarse de mí?” Esa era una pregunta alucinante para Charlotte, no estaba segura de si quería un compromiso tan a largo plazo, y menos con otra chica. Aunque, tenía que admitir que harían una pareja realmente atractiva.

“Uhhhh… ¿Qué hago ahora?… Me volará la cabeza con ese abanico de abuela si no hago algo… ¡Piensa, Charlotte, PIENSA!”

“¡Mantente alejada de April, loca chica pájaro!”, gritó alguien de repente desde arriba.

“¡Donnie!”, jadeó April.

La tortuga genio descendió hábilmente por las escaleras de incendios y aterrizó justo entre April y la pelea de gatas de Charlotte.

“¡C- Chica pájaro!”, repitió Charlotte mientras se pellizcaba el puente de la nariz con timidez. Al parecer, estaba más preocupada por saber si realmente parecía un pájaro que por defenderse del gigante tortuga que la estaba apuntando con un palo. Pero, después de todo, la mente de la joven era como una máquina de un solo comando que solo podía procesar una cosa a la vez. Sin embargo, eso no explicaba por qué su cerebro siempre decidía concentrarse en lo equivocado, “¡Eso es todo! ¡Que le den! ¡Les dispararé a las dos! Ya no me importa”, Charlotte levantó su arco de nuevo y lo apuntó a las dos. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no solo la flecha que ya había colocado en su arco había desaparecido, sino también las otras dos que tenía en los nudillos, así como todo su carcaj.

“¿Dónde estás buscando esto?”, se burló Donatello con descaro, sosteniendo su carcaj lleno de flechas. Obviamente, no sabía que acababa de arruinar una oportunidad única en la vida.

“¡Q- qué? ¿Cómo? ¡Cuándo? ¡Ladrón!”, acusó con su piel, ya de color rosa intenso, adquiriendo un tono más oscuro.

“Mira quién habla, ¡ACOSADORA!”, replicó Donatello.

“¡Donnie! ¡Eres el mejor!”, exclamó April, abrazándolo.

“Heee… de nada”, rió, sonrojándose como un tonto.

“¿Estás bien? ¿Dónde están los demás?”, preguntó April, rompiendo el abrazo.

“Estoy bien, pero no sé de los demás, perdimos la comunicación después de encontrar a la chica pájaro”.

“¡Deja de llamarme chica pájaro!”, gruñó Charlotte, apretando las manos en puños.

“¿Quién eres? ¿Y por qué estabas acechando a April?”, Donatello frunció el ceño y apuntó con su bastón de bo a la sospechosa.

“Donnie, soy yo a la que ella persigue, soy yo la que tiene que hacer las preguntas aquí”, interrumpió April y se colocó delante de él, “¿quién eres? ¿Y por qué estabas acechándome?”

La pequeña señorita parpadeó ante la pregunta. Nadie le había preguntado eso antes. Todo el mundo parecía saber quién era ella allá donde iba. Esa pregunta era nueva para ella; era refrescante de alguna manera. ¿Quién era ella? Se preguntó.

Charlotte no pudo evitar sonreír antes de responder, “Soy Cupido”.

Continuará…